El jueves 17 se realizó un macromuestreo de cerca de 100 bocinegros, ejemplares que quedaban tras la finalización de un proyecto de Investigación del Instituto Canario de Empleo.
La realización de muestreos se convertirá en una de las actividades más repetidas durante lo que queda de Taller, y también es una de las operaciones más frecuentes en granjas marinas.
Un muestro se basa en medir, pesar e identificar todos o parte representativa de los peces de un tanque o una jaula para conocer su evolución.
Parte fundamental de este trabajo se basa en disminuir el estres que sufren los ejemplares al ser sacados del agua, para ello se les anestesia con aceite de clavo, ( 4 mm por cada 100 litros).
Tras reducir el volumen del tanque se procede a capturar los peces con jamos y pasarlos a un tanque auxiliar de 100 litros con el anestésico.
Una vez dormidos ( sobre 10-15 min ), rapidamente se cogen, se miden en un ictiómetro, se identifica con un lector del chip, y se pesa con una báscula, y todos eso datos se recogen una tabla.
En un muestreo normal esos ejemplares son devueltos a un tanque de recuperación y finalmente a su tanque original, pero en este caso, los bocinegros fueron sacrificados. El método correcto para ello es introducirlos en un pequeño cubo con mitad del volumen con agua y la otra mitad con hielo, con ello evitamos el sufrimiento del pez lo que es muy importante no sólo por razones humanitarias sino también porque los peces que sufren al morir se pierden su frescura mucho antes que los que no.
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